Lectura: Colosenses 3:1-8.
"Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra" Colosenses 3:2
Un niño hizo un barquito de juguete y después fue a una laguna para hacerlo navegar. Mientras jugaba junto a la orilla del agua, se le escapó flotando más allá de su alcance. Angustiado, le pidió a un niño mayor que él que lo ayudara. Sin decir palabra, este recogió unas piedras y empezó a tirarlas hacia el botecito.
El niño pequeño se decepcionó mucho porque pensaba que aquel a quien había acudido para buscar ayuda estaba siendo malo con él. Sin embargo, poco después, notó que en vez de pegarle al barquito, las piedras llegaban más allá de él, y eso hacía que las pequeñas olas lo movieran en dirección a la costa. Cada lanzamiento de las piedras estaba planificado, y finalmente, el atesorado juguete regresó a las manos que lo esperaban.
A veces, parece que Dios permite que atravesemos circunstancias en la vida que nos perjudican y que no tienen sentido ni propósito, pero podemos estar seguros de que esas olas de prueba procuran acercarnos más a Él, alentarnos a poner la mira "en las cosas de arriba, no en las de la tierra" (Colosenses 3:2). Como somos propensos a alejarnos de Dios, Él tiene que disciplinarnos para colocarnos en el camino correcto (Hebreos 12:9-11).
¿Cómo estás reaccionando ante las dificultades de la vida? Son la manera amorosa de Dios de acercarte a Él.
Reflexión: Dios usa las olas de la prueba para acercarnos a Él.