LISTA PREOCUPANTE

Lectura: Mateo 6:25-34.

"No se angustien por el mañana…" Mateo 6:34 (NVI)

Mientras almorzaba sentado en mi auto bajo la sombra de un árbol, me preocupaban algunas cosas. En ese momento, un petirrojo, con un suculento gusano colgando de la boca, aterrizó cerca de la puerta del coche y me miró. Ese pájaro me hizo recordar vívidamente las palabras de Jesús en Mateo 6:25-26: «No se preocupen por su vida […]. Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas?» (NVI).

Hace años, en un artículo de la revista Focal Point, del Seminario Denver, Paul Borden sugirió algunas cosas útiles sobre el tema de las preocupaciones y las angustias:

Elabora una lista de preocupaciones. Escribe las cosas que te preocupan: las cuentas a pagar, tu trabajo, tus hijos o nietos, tu salud, el futuro.

Convierte tu lista de preocupaciones en una lista de oración. Pídele al Señor que obre en esas situaciones que te preocupan. Ora en especial por tus necesidades y depende de Él.

Convierte tu lista de oración en una lista de actividades. Si percibes que hay algo que puedes hacer en cuanto a lo que te preocupa, hazlo. Al convertir nuestras preocupaciones en oración y actividad, Borden dice: «La ansiedad paralizante puede ser reemplazada por un interés en las responsabilidades de la vida».

¿Por qué no comienzas a elaborar tu lista ahora mismo?

Reflexión: Lo que has convertido en un tema de oración debe dejar de ser un tema de preocupación.

LAS PERSONAS CORRECTAS

Lectura: 1 Corintios 12:7-18.

"Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso" 1 Corintios 12:18

La película El milagro narra la historia verídica del equipo norteamericano de hockey sobre hielo que lucha sin probabilidades por obtener una medalla de oro en las Olimpíadas de 1980. Al principio, muestra al entrenador Herb Brooks seleccionando los jugadores para su equipo. Cuando le da la lista a Craig Patrick, el entrenador asistente, este dice sorprendido: «Te faltan algunos de los mejores jugadores». Brooks responde: «Craig, no estoy buscando a los mejores jugadores, sólo a los correctos».

Brooks sabía que el talento individual sólo los llevaría hasta cierto punto. La disposición a adecuarse a su estilo de juego participativo era mucho más importante que la habilidad. Sin duda, la prioridad era el éxito del equipo, no la gloria individual.

El llamado bíblico al servicio tiene un énfasis similar. En los propósitos de Dios, cada creyente hace su parte, pero los resultados tienen una orientación grupal. Después de explicar las grandes diferencias en los dones espirituales, Pablo dice: «Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho» (1 Corintios 12:7). Al usar las capacidades que el Señor nos da, Sus propósitos se llevan a cabo y Él recibe la gloria. Lo importante no es ser los mejores, los más talentosos o los más dotados, sino las personas correctas, aquellas que Dios «ha colocado […] en el cuerpo» (v. 18), unidas para servir al mismo equipo.

Reflexión: No hay personas insignificantes en el cuerpo de Cristo.